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PELEAR CONTRA EL ESPEJO (Diario de la Peste - 2)


Hoy me corté yo solo el cabello.

De todas las situaciones comunitarias en las que todavía me embarco en estos tiempos de #Coronavirus, la de la peluquería me parece definitivamente arriesgada. Los aerosoles, esas gotitas de agua flotando sin control alrededor, listas para ser aspiradas; la silla, la bata, las maquinillas, las afeitadoras, las tijeras, todas con un desconocido y misterioso grado de higiene, pese a lo que digan; el contacto físico con el barbero (si me tose encima caigo en cruz)… me dispara todas las alarmas.

Habida cuenta que en mi casa hay todo el equipo para el corte de cabello decidí embarcarme en la tarea, pese a que nunca, en mis ya superadas cinco décadas, lo hice una sola vez.

Comenzó como un verdadero desastre, y durante un largo rato un proceso calamitoso y sufrido. Lo peor fue enfrentarme a la irreal realidad de guiarme por el reflejo de los espejos: mi cerebro racional pretendía mover mi mano en el sentido que deducía correcto, pero el resultado en el espejo era el sentido inverso. Una batalla complicada entre lo que se piensa y lo que la realidad dicta, con efectos nada favorables en mi cráneo.

De la nada, te das cuenta que el estado de guerra llegó, y estás dentro.

De repente, llegando al final, sentí aquello como mi primer acto de guerra consciente en estos tiempos. El espejo me devolvía la imagen de esos soldados que enfrentan la maquina de rapar que iguala a los conscriptos o, peor aún, me trajo a la memoria el recuerdo de las víctimas de los campos de concentración.

De repente, me doy cuenta la situación de guerra que enfrentamos, con sus cambios, sus privaciones, sus dificultades. Cara a cara con el espejo, la cabeza mal rapada, sentí adentro ese sonido apagado pero inequívoco de cuando algo se te rompe.

La realidad rota.

Pero decidí no desesperarme y continuar la labor de autopeluquería. Me tocaba apechugar. Corté más, me deshice de aquello que usualmente valoramos mucho, el cabello, dejé lo indispensable.

Al final, la aventura salió bien.

Quiero tomarlo como una metáfora de lo que nos espera.

#coronavirus #guerra #reflexión

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